El COI adaptó el lema olímpico a los tiempos que estamos viviendo: “Más rápido, más alto, más fuerte, juntos”. Ese sentimiento de unidad, es la luz al final del túnel oscuro, señaló en su discurso inaugural Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional.

EXCLUSIVA COMUNICA .-El Pasado viernes 23 de julio, iniciaron al fin los trigésimos segundos (XXXII) Juegos Olímpicos de Tokio 2020 tras la suspensión e incertidumbre sobre su cancelación definitiva. La pandemia que aún hoy nos aflige ha sido la causa que mantuvo en suspenso a miles de participantes, desde autoridades gubernamentales y olímpicas, hasta empresas deportivas de todo tipo pero, sobre todo, a los atletas y entrenadores que se enfrentaron a la posibilidad de ver frustrados sus esfuerzos para contender en el universal olimpismo.

El atleta olímpico se prepara durante cuatro años en que pasarán por una serie de competencias mundiales para poder llegar a la justa olímpica. Tener que esperar otros 4 años más les afecta física y emocionalmente, además de otros múltiples factores que pesan en las justas olímpicas.

Las autoridades olímpicas, casi todas conformadas por atletas retirados, conocen muy bien qué pasa en el ánimo de los competidores.

Sin público, en un estadio con cupo para 68,000 espectadores, desfilaron los atletas. La inauguración estuvo marcada por la nostalgia del ausente clamor del público y, al pedir, inevitablemente, un minuto de silencio en el estadio y a la audiencia mundial, en memoria de los fallecidos a causa de Covid-19.

Frente al televisor muchos lloramos durante la ceremonia inaugural, estoy segura. Yo lloré mucho, mi hija también. La tristeza nos embargaba y la alegría estaba alejada. La satisfacción y el agradecimiento es lo que más imperó en ese momento y sigue ahora manteniéndose en las competencias y entre los competidores.

La ceremonia reflejó el ánimo del mundo: sencilla, moderada pero muy emotiva y, sobre todo, esperanzadora. No puede competir con las inauguraciones olímpicas a que estamos acostumbrados, sin embargo jamás será olvidada.

Thomas Bach, Presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), puso la nota más considerada sobre esta XXXII Olimpiada, al reconocer el mérito del gobierno y el Comité Olímpico Japonés para dar cumplimiento al compromiso adquirido de llevar a cabo el olimpismo bajo condiciones extremadamente inquietantes.

Y así comentó en su discurso «Ha sido un viaje difícil, con retos sin precedentes en el camino. Primero la reconstrucción tras el Gran Terremoto del Este de Japón y luego la pandemia de coronavirus. Por eso nuestra gratitud y admiración por ustedes es aún mayor», expresando también su agradecimiento a todos los aficionados nipones que no podrán estar en las sedes de los diferentes deportes.

El discurso inaugural del presidente del COI contempló con vehemencia un homenaje a todos los atletas que debieron prepararse en casa, bajo las limitantes de un confinamiento extremo durante la cuarentena impuesta por la pandemia de Covid-19, que amenazaba con la suspensión total del evento.

No quiero extenderme más. Prefiero dejar a ustedes algunas partes sustanciales de su emotivo y esperanzador mensaje que ha sido aplaudido cuando ha recordado el esfuerzo que ha hecho el país anfitrión para esperar un año y certificar su compromiso olímpico.

“Hoy es un momento de esperanza. Sí, es muy diferente de lo que todos habíamos imaginado. Pero valoremos este momento porque finalmente estamos todos aquí juntos: los atletas de 205 Comités Olímpicos Nacionales y el Equipo Olímpico de Refugiados del COI, viviendo juntos bajo un mismo techo en la Villa Olímpica”… “Han superado «la incertidumbre» de la pandemia y han cumplido su meta de llegar a Tokio”.

“Este es el poder unificador del deporte. Este es el mensaje de solidaridad, el mensaje de paz y el mensaje de resiliencia. Esto nos da a todos la esperanza de seguir juntos en nuestro viaje”.

“Este sentimiento de unión – esta es la luz al final del túnel oscuro de esta pandemia. La pandemia nos obligó a estar separados. Para mantener la distancia entre nosotros. Para mantenernos alejados incluso de nuestros seres queridos. Esta separación hizo que este túnel fuera muy oscuro”.

“Pero hoy, en cualquier parte del mundo, estamos unidos para compartir este momento juntos. La llama olímpica hace que esta luz brille más para todos nosotros”.

«Como todos nosotros, vivisteis con gran incertidumbre la pandemia. No sabíais cuándo podríais volver a entrenar. No sabíais si podríais ver a vuestro entrenador mañana. Luchasteis, perseverásteis, nunca os rendísteis, y hoy estáis haciendo realidad vuestro sueño olímpico. Sois verdaderos atletas olímpicos».
 
*Aída Alcalá Campos, articulista de nuestro Grupo Editorial Comunica, ha sido catedrática de Literatura y fundadora de la cátedra Cervantes y su tiempo en la Facultad de Humanidades de la UAC; también impartió las materias de Sociolingüística y Lingüística General de la Escuela de Periodismo y Ciencias de la Comunicación del IC y ponente en diversos congresos nacionales e internacionales sobre estos temas

JCAC